Cómo elegir tu silla de oficina perfecta y evitar lesiones de espalda

 Si realizas tareas de oficina o trabajas home office utilizar una silla inadecuada puede traer consecuencias para tu salud

El teletrabajo experimentó un notable crecimiento en Uruguay, alterando la dinámica laboral y redefiniendo las preferencias de vida. Según datos preliminares del Censo 2023, divulgados a fines del año pasado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las cifras actuales de empleo muestran que un 6,5% de los ocupados teletrabajan a nivel nacional, proporción que se eleva a un 11% en el caso particular de Montevideo. El Monitor Laboral de Advice señaló que las oportunidades de trabajo híbridas o totalmente remotas pasaron del 1,2% del total en 2019 al 8,7% en 2023.

Esta práctica implica el riesgo de sufrir determinados problemas de salud por no disponer de unas condiciones de ergonomía mínimas en el hogar que se adapten al teletrabajo.

Estas cuestiones implican la salud visual, con el ojo seco como uno de los problema derivados, pero sobre todo tienen mayor incidencia en las lesiones de espalda o dorsolumbares como causa de tener una silla inadecuada, tal como determina el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST).

Según los datos que recogió en 2007 la Quinta Encuesta Europea de condiciones de Trabajo, realizada por la Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo, más de la tercera parte de los trabajadores sufre dolores de espalda, y este es el problema de salud que más costes supone para ellos, así como la segunda causa de visita al médico y el tercer motivo de cirugía.

Por tanto, si teletrabajamos total o parcialmente, deberemos contar con una silla que cumpla nuestras exigencias y -a la par- nos evite lesiones de espalda que nos causen dolores.

Qué debe tomarse en cuenta a la hora de elegir una silla de oficina

Una silla de oficina es un instrumento de trabajo que debe cumplir una serie de normas ergonómicas, de adaptación a nuestro cuerpo y al resto del espacio de trabajo —mesa, lámpara, pantalla, entre otros— para evitar que suframos lesiones por malas posturas que afecten a nuestra salud laboral.

Es por ello que la elección de dicha silla entraña conocer las piezas de la misma que determinarán su calidad no solo en comodidad y confort, sino también en respuesta ergonómica.

Para ello, nada mejor que fijarnos en el documento criterios ergonómicos para la selección de sillas de oficina que edita el Ministerio de Trabajo. En base a este, se pueden definir los siguientes puntos fuertes.

Hoy, en el Blog de Prontometal, te dejas 7 aspectos a considerar para elegir silla de oficina perfecta para evitar lesiones de espalda:

 1- Asiento

La primera de estas piezas a tener en cuenta es el asiento. Es muy importante que sea regulable en altura, ya que podremos fijar la posición de nuestro torso respecto a la mesa de trabajo. Así, si la silla queda demasiado baja, sufrirá nuestra zona lumbar. Si es demasiado alta, forzaremos las vértebras y músculos de la parte dorsal y el trapecio.

También debe permitir modificar su colocación respecto al respaldo para que nuestro abdomen no se vea comprimido, lo que nos causaría problemas de circulación y digestivos. Para ello, debe poder deslizarse adelante y atrás gradualmente para que cada persona pueda escoger su postura idónea.

En cuanto al tamaño, debe ser lo suficientemente ancho como para que podamos sentarnos holgadamente en la parte central y tengamos espacio alrededor. Además, la parte delantera del asiento debe estar inclinada hacia abajo para que no nos oprima la parte posterior de las rodillas ni dificulte la circulación de las piernas.

2 -Respaldo

El respaldo es una de las partes más importantes de la silla. Debe ajustarse a la espalda y ofrecer un apoyo en la zona lumbar. Además, es aconsejable que sea regulable en inclinación y que la silla ofrezca la posibilidad de graduar la firmeza y la fijación o movilidad del respaldo.

Los respaldos basculantes son buenos para jornadas que no excedan las cinco horas, pero si vamos a estar más rato mejor probar con sillas sincronizadas, donde el respaldo bascula a la vez que el asiento se desliza adelante o atrás. Así nunca entramos en posturas de compresión de la columna ni el abdomen.

3 -Altura de respaldo

Es muy recomendable que la altura sea regulable y que el respaldo tenga una longitud suficiente como para poder cubrir al menos toda la espalda. Algunos modelos permiten añadir un reposacabezas en la parte superior, que ayuda a descansar las vértebras de la zona dorsal sin someter la columna a excesivas torsiones.

4 -Apoyabrazos

Deben permitirnos mantener una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90° mientras escribimos en la pc o notebook, a la vez que sirven de apoyo en los codos y antebrazos. También son útiles para facilitar la incorporación y tienen que ser lo suficientemente resistentes para soportar nuestro peso al levantarnos de la silla.

Por otro lado, es aconsejable optar por modelos que nos permitan variar la altura y posición de los apoyabrazos, así como regular su separación con el asiento de la silla. No deben en ningún caso oprimirnos las caderas ni tampoco impedir que podamos colocarnos cerca de la mesa.

5- Base

Las ruedas en la base permiten una mayor comodidad para cambiar de postura o desplazarnos en el puesto de trabajo. La base debe tener 5 puntos de apoyo. Algunos modelos dejan colocar distintos tipos de ruedas con varios niveles de dureza, ideales para adaptar la silla a los diferentes suelos que podemos encontrar: moqueta, parqué, gres, entre otros.

6 – Tapizado

Para una mayor comodidad, el tapizado debe ser transpirable y estar diseñado para soportar el uso continuado. Los tapizados de piel son inadecuados en épocas de calor; más aconsejables los de rejilla o bien sintéticos pero transpirables.

7 -Reposapiés

Aunque no es un elemento que normalmente forme parte de la silla, el reposapiés es indicado para ayudarnos a adoptar la postura correcta. La inclinación ha de ser regulable y tiene que estar realizado en materiales antideslizantes que permitan la sujeción correcta tanto de los pies como de la fijación en el suelo.

 

Una vez definidos estos puntos fuertes y cómo deben funcionar, podemos acudir a una tienda especializada para elegir nuestro modelo.

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Obviamente, el precio va a variar en función de la calidad de los materiales y de la adaptabilidad de la silla a los parámetros arriba citados.

Hay sillas muy aparentes a precios muy competitivos, pero seguramente o no van a durar muchos años reservando su solidez o bien son poco adaptables a pesar de parecer muy cómodas.

En estos casos, siempre debemos buscar la silla que se nos guste más sólida, pero sobre todo que pueda adaptarse mejor a nuestras exigencias, en el caso de que suframos de las lumbares o bien de la zona del trapecio. Pero también en el caso de que quisiéramos evitar malas posturas prolongadas que nos lleven a tener lesiones.

Es mejor optar por una silla en las que prime la adaptabilidad frente al diseño o una aparente comodidad. Tampoco nos debemos dejar seducir por los acabados en piel o piel sintética ya que, como hemos comentado, pueden acabar dando sensación incómoda cuando hace calor por su baja transpirabilidad.

En este sentido, los dos puntos fuertes que deberíamos primar de una silla como exigencia básica deben ser un asiento regulable en altura y un respaldo que se pueda reclinar de un modo regulable hacia adelante y hacia detrás.

Un tercer punto sería que la base del asiento se pueda deslizar. Opcionalmente, tendremos en cuenta los reposabrazos y, finalmente, tendríamos en cuenta si posee reposacabezas o reposapies.

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